EL MÉTODO QUE ME AYUDÓ A ENCONTRAR MI CAMINO EN LA VIDA

Cada persona tiene su propio modo de pensar para interpretar el mundo que le rodea y tratar de manejarse en él, del mejor modo posible. Generalmente, todos buscamos sentirnos bien con nosotros mismos y los demás y lograr las metas y objetivos que nos proponemos en nuestras vidas.

Moderadores: Panoramix, biomana

Responder
User avatar
rafa-bl
Pasaba por aqui
Pasaba por aqui
Mensajes: 1
Registrado: Mar Dic 20, 2016 9:36 am

EL MÉTODO QUE ME AYUDÓ A ENCONTRAR MI CAMINO EN LA VIDA

Mensaje por rafa-bl »

Hace poco más de dos años que estaba totalmente perdido. No encontraba mi lugar en el mundo. Todo lo que “siempre había deseado” no se parecía ni de lejos a la realidad. Llegué a un punto en el que decidí que tenía que dar un giro a mi vida. Sin saberlo seguí una serie de pasos que me ayudaron a descubrir cómo quería que fuese mi vida, qué hacer para vivir la vida como realmente deseaba y así volver a ser feliz y estar a gusto conmigo mismo.
Más abajo encontrarás el método exacto que me ayudó a mí y a otros a descubrir lo que realmente quieren y necesitan en la vida para ser felices o incluso a qué quieren dedicarse.

No he ocultado nada, está todo detallado para ti, e incluso he hecho parte del trabajo por ti presentando muchos ejemplos y hasta un caso práctico. Todo lo que tienes que hacer es seguir leyendo y ponerlo en práctica.
 
Lo que la sociedad quiere no es lo que yo quiero
Desde fuera todo era diferente, sin embargo. Hacía sólo 3 meses que había terminado la universidad y ya había conseguido un trabajo indefinido, con muy buen sueldo, en la mayor empresa del mundo en ese campo. El sueño español (si no el sueño de gran parte de la gente de este planeta) dirían muchos. Supongo que te imaginarás todo lo demás, tus amigos y tu familia súper orgullosos de ti: “¡Enhorabuena, ya te has colocado!”

Al poco tiempo descubrí que YO no era feliz. Todos los días me despertaba con un agujero en el estómago, y no de hambre, si no de angustia. Perdí peso y me sentía culpable. Mis padres habían hecho un gran esfuerzo para que pudiese estudiar, había arrastrado a mi novia hasta allí conmigo… No podía rendirme, dale una oportunidad al trabajo me decían todos a mi alrededor. Yo también lo creía. Pero el trabajo no ayudaba y yo menos.

Aguanté así unos meses. Durante ese tiempo empezó a crecer en mí una vocecita que me decía la vida no puede ser así. No puede ser que a partir de los 20 y tantos todo se reduzca a trabajar y trabajar y vivir los fines de semana y cuando te dejan coger vacaciones…¡Y cuando te jubiles! Ja, ¿y si palmo antes? ¿O he cotizado en España? He tenido experiencias en mi joven vida como para saber que puedes palmar en cualquier momento…

Sentía que algo tenía que cambiar. No podía seguir así. Mi estado estaba afectando a mi relación de pareja y lo peor de todo es que me estaba convirtiendo en alguien que yo no era. Me miraba al espejo y no me reconocía, la pena y la ansiedad se reflejaban en mi rostro, cuando antes había ganas de vivir.
 
 
¿Qué hago para cambiar mi situación?

No sabía a quién ni a dónde acudir. No sabía qué quería hacer ni cómo dar un giro a mi vida. Empecé a leer blogs y a escuchar podcasts. Ayudaba, pero claro, estando perdido y con baja autoestima no sabía qué camino seguir, iba detrás de todo lo que relucía y la realidad es que así no solucioné nada. Seguía perdido, triste y además abrumado por tanta información. Y también estaba el miedo al fracaso, que si bien muchos a nuestro alrededor alimentan, somos nosotros los que más leña al fuego echamos con nuestro come come mental a todas horas.

Sin embargo, en aquel momento, fracaso para mí significaba quedarme inmóvil y aceptar mi estado y mi situación. Si no hacía nada por cambiar una situación que me estaba afectando emocionalmente, si no hacía nada por volver a ser yo mismo, sentirme bien conmigo mismo y ser feliz en mi día a día, ¿cómo voy a contribuir a la felicidad de las personas que me rodean y me quieren? Entonces vi clarísimo que permanecer así y no hacer nada por cambiarlo sí que sería un fracaso absoluto.

Así que no me quedó otra que apañármelas yo solito. Porque te guste o no, al que más le duele cuando estás mal es a ti mismo.
Descubrí que primero tenía que arreglar las cosas conmigo mismo y averiguar hacia donde quería ir. Las estrategias, tácticas, modelos de negocio, cambio de trabajo, etc, vendría después. Primero tienes que saber a dónde vas para meter unas cosas u otras en la maleta.

Con el tiempo, he analizado desde fuera todo lo que hice para salir del pozo en el que me encontraba. Así he podido desarrollar un método, El Método Tórcar,  para que otras personas también puedan dar ese cambio de rumbo a sus vidas.

 
El Método Tórcar

El objetivo principal es diseñar la situación perfecta para que puedas conectar contigo mismo (suena muy místico, pero no lo es), para que puedas ver claramente quién eres y qué quieres en la vida ahora mismo. Las personas cambiamos a lo largo de la vida y con ellos nuestras motivaciones y gustos, así que abraza el método y siéntete cómodo descubriéndote a ti mismo.

1.      Elígete a ti mismo

Todos tenemos responsabilidades. Repito todos. Pero otra cosa que también tenemos todos son huecos en el día. Momentos en los que puedes elegir lo que haces. Mientras  vas al trabajo, mientras haces ejercicio, etc. No pasa nada si cambias Facebook o Instagram durante unos días para realmente dedicarte a ti mismo. Uno de mis favoritos es mientras me ducho. El agua caliente es un gran estimulante de la mente pues ayuda a entrar en un estado de tranquilidad y seguridad, si aún no lo has probado te lo recomiendo.

En esos huecos, elígete a ti mismo, sé egoísta. Si te lo puedes permitir, marca esos huecos en tu horario, para que nadie te moleste.
 
2.      Diseña tu mundo

Aquí no se trata de pensar si queremos ir a un spa, a una playa paradisíaca o pasar un finde de maratón de tu serie favorita. Idealmente, ya sabrás en qué momento del día puedes ser egoísta y ELEGIRTE A TI MISMO. Ahora hay que ir un paso más allá para que esos momentos realmente sean tuyos. Para que a pesar de que lo hagas en público, como ir al trabajo en metro, tu mente no esté por completo en ese lugar, sino que esté en un camino de exploración hacia tu interior.
 
¿Te suena la expresión “estás en tu mundo”? Bien, pues ése es el estado que queremos conseguir. Pero queremos ir un poco más allá, queremos que nuestro mundo esté lo más aislado posible del resto. Para ello tienes que descubrir qué elemento o elementos tienes que añadir a tu momento de egoísmo para poder aislarte y concentrarte única y verdaderamente en ti mismo.
 
Por si estás un poco confundido o confundida, y no sabes claramente qué tienes que hacer. A continuación, te presento algunos ejemplos.
 
-Ejemplo #1. Piensa en una persona a la que le gusta correr y cuando corre escucha una música determinada. Una música que, por una razón u otra, le impulsa a seguir adelante a pesar del dolor en los músculos, el cansancio o la falta de oxígeno en los pulmones. A pesar de todas las señales de su cuerpo que activan esa voz que dice ¡párate, párate!, esa persona sigue adelante, incluso más rápido, porque lo que escucha ha conectado con su interior, con esa voz que grita más fuerte y que dice “sigue, corre más rápido”, esa voz que te ayuda a visualizar situaciones que aún no han sucedido, como en este caso, terminar tu carrera en menos de X minutos, o correr un tramo a una velocidad que no habías alcanzado hasta entonces. O simplemente te anima a no pararte.
-Ejemplo #2. Imagina una persona, sentada en una terraza o en el sofá de su casa. Pero su mente está volando mucho más lejos. Está pensando en sus cosas, o imaginando lo que podría o no podría haber sido, o simplemente soñando con las siguientes vacaciones.  El entorno le proporciona los elementos visuales y auditivos necesarios para aislarse del mundo.
-Ejemplo #3 (mi favorito). Piensa en cualquier persona que está escuchando su música favorita. Puede ser cualquiera, las vemos por todas partes. La probabilidad de que esta persona esté en “su mundo” es muy alta. Es música que nos inspira mientras trabajamos o estudiamos, mientras nos duchamos o viajamos.
-Ejemplo #4. Una persona observa un cuadro (o una escultura, o el cartel de publicidad de la parada del bus) algo en esa imagen le hace recordar lo que hizo ayer a mediodía. Ese pensamiento le lleva a rememorar que fue lo que comió y así sigue viajando en su interior hasta que termina recordando lo mal que le habló a su madre y que además no tenía ningún motivo para hacerlo, tras lo cual la llama para pedirle perdón.
Un bonito y necesario gesto que tal vez no habría sucedido sin la influencia del estímulo visual.
 
Espero que ahora entiendas mucho mejor el tipo de elementos/estímulos que estamos buscando.
 
Por si aún no caes en ningún estímulo que te pueda ayudar, aquí tienes unas pautas generales para buscarlos:
 
-Piensa cuando fue la última vez que te emocionaste por algo. No es necesario que llorases, pero sí que sintieras ese pellizco en el estómago, ya sea por alegría o tristeza. Una vez que lo hayas identificado, piensa qué fue lo que tocó tu fibra sentimental. Una foto, la banda sonora de una película, un recuerdo de la infancia, lo que sea. 
-Igualmente sirve pensar en cuando te has sentido inspirado por algo o alguien, por ejemplo una persona que dedica su vida a salvar a los orangutanes en peligro por el comercio de la palma. Si leer este tipo de hechos te inspira, adelante, aquí tienes tu estímulo.
 
ÚLTIMO RECURSO: el olfato. También conocido como el sentido del recuerdo. Todo el mundo tiene alrededor múltiples fuentes aromáticas. Tan sólo tienes que probar hasta que alguna de ellas inicie el viaje hacia tu mundo.
 
No debemos perder de vista nuestro objetivo: encontrar estímulos externos que nos ayuden a aislarnos de nuestro entorno para concentrarnos en nosotros mismos. De esta manera podremos usarlos cada vez que queramos iniciar ese viaje de exploración hacia nuestro interior.
 
Llegados a este punto, deberías haber identificado:
 
A.     El mejor momento para aislarte.
B.     Estímulos o elementos externos que te ayuden a meterte en “tu mundo”.
Si es así, continúa hasta el siguiente y último paso.

 
3.      La Respuesta

Una vez que hayas conseguido aislarte y estés pensando en tus cosas debes recordar que esto es un ejercicio. Estás buscando la respuesta a la gran pregunta:
 
¿Qué es lo que de verdad quiero hacer en la vida?
 
O cualquier otra de las múltiples variantes que tiene esta pregunta. La realidad es que puede que no encuentres la respuesta, o que no haya respuesta.
 
No desesperes, no estás solo/a, yo no encontré respuesta a esa pregunta.
 
Pero lo que es seguro es que vas a encontrar muchas respuestas, si haces las preguntas adecuadas, y que esas respuestas te van a guiar por el camino que te va a ayudar a salir del estado de inmovilismo e incertidumbre en el que te encuentras.
 
Comienza con preguntas más genéricas y ve profundizando poco a poco con preguntas más específicas.  Debes empezar por tu pasado más cercano e ir retrocediendo poco a poco hasta donde necesites llegar.
Recuerda que lo que importa eres tú. Te has elegido a ti mismo. Sólo hazte preguntas relacionadas contigo mismo.
 
Aquí tienes una lista de algunas de las preguntas que puedes hacerte:
-¿Cuándo fue la última vez que me sentí feliz?
-¿Cuándo fue la última vez que me sentí útil?
-¿Cuándo fue la última vez que disfruté de lo que estaba haciendo?
 
-Fue una sensación pasajera o duró varias horas, días,…,meses, etc.
-¿Qué estaba haciendo?
-¿Estaba solo/a?
-¿Qué influencia tuvieron las personas a mi alrededor?
-¿Cómo era mi vida en ese momento?
-¿Era mi forma de vida la causa de esa sensación?
- ¿He sentido esto más veces a lo largo de mi vida?
 
La lista es infinita pues cada persona es un mundo diferente. Lo importante es que vayas profundizando para detallar las respuestas lo máximo posible. Lo consideras necesario, apunta todas lo que vayas encontrando. Así irás creando una especie de mapa con ideas que te ayudará a retomar por donde te quedaste en la sesión anterior y a sacar ideas y conclusiones más claras.
 
Aquí tienes un caso real para que comprendas mejor el proceso completo.
 
Caso real: una amiga me contó que no le gustaba su trabajo, pero que ella había estudiado para eso. Pensaba que si cambiaba de trabajo volvería a ser igual pero con otros compañeros y un edificio diferente. Por otro lado si no hacía ese cambio natural, pasar de un trabajo a otro similar, no sabía que otra alternativa coger. Estaba perdida.
 
Le sugerí que siguiera mi método (en aquel momento sólo eran una serie de consejos prácticos). En su caso ella decidió dedicar su camino de ida y vuelta al trabajo para poner el método en práctica, pues tiene otras responsabilidades que le ocupan el resto del tiempo “libre”. Llenó su móvil de su música y podcasts favoritos.
 
A las dos semanas me comentó que se sentía un poco atascada, que no encontraba respuestas. Yo le dije que jugara con el tiempo. No te ciñas sólo a hace unos meses, vuela hasta tu infancia si lo ves necesario. El siguiente fin de semana me contó que había descubierto que el último periodo de tiempo que se sintió feliz con el trabajo y con su vida en general, fue cuando justo después de la carrera tuvo que trabajar un tiempo como camarera. Pero también me dijo que ella no quería estar trabajando de camarera toda la vida.
 
 Mi respuesta fue: ¿Ves cómo estás avanzando? Has descubierto dos cosas: uno, cuando fue el último periodo largo en el que eras feliz con todos los aspectos de tu vida y dos, algo que no quieres hacer. Es tan importante tener claro la dirección que tomar como la que no tomar.
 
Le sugerí que analizase mejor ese periodo de tiempo, qué era lo que más le gustaba, con quien se juntaba en ese momento, que hacía en sus ratos libres…También le dije que buscase otros periodos en su vida en los que se hubiera sentido de manera similar.
A los diez días recibí una llamada suya. Estaba muy emocionada: “Rafa esto es increíble, ¡lo encontré! Ya sé lo que quiero”.
 
Ella descubrió que se había sentido de forma parecida durante sus años de universidad. Lo único que compartían esos dos periodos de tiempo era su pareja. Esos dos periodos sucedieron en años diferentes, en lugares diferentes, rodeada de personas diferentes y dedicándose a tareas muy diferentes. ¿Entonces? Ella descubrió que lo que le hacía feliz era la libertad. Poder ser dueña de sus días con sus horas y minutos. Poder estar en la puerta del cole recogiendo a sus hijos a medio día, o cogerse un puente largo con su marido sin tener que pedir permiso a nadie.
 
Esto es sólo un ejemplo sobre una persona concreta. Ella descubrió que lo que le faltaba a su vida era salir de la monotonía impuesta por su trabajo tradicional y recuperar su libertad y su capacidad de decidir.
 
No encontró una respuesta clara, del tipo: tienes que dedicarte a vender periódicos, por ejemplo.
Se dio cuenta de que ella necesita sentirse libre y dueña de su tiempo para ser plenamente feliz. Este fue un gran paso hacia delante en su vida.
 
Tras esto se sentía llena de energía y dispuesta a seguir indagando. Usó el mismo método, lo único que cambió fueron las preguntas que se hizo a sí misma, y descubrió que quería ayudar a los demás. La forma, ya la averiguaría por el camino. Poco a poco.
Después de aplicar los 3 pasos del método todo era diferente para ella, ya sabía lo que le faltaba para ser feliz, y eso lo cambiaba todo.
 
Ahora es TU turno. Ya sabes cómo puedes descubrir qué necesitas en tu vida para ser feliz o incluso a qué dedicarte. Las respuestas son únicas e impredecibles, pero lo que sí es seguro es que las vas a encontrar.
 
Deja el inmovilismo y ponte a ello, el camino sólo se hace al andar, así que…¡ANDA!
 
Lo más importante es que aproveches este método (o cualquier otro) y salgas de la situación en la que te encuentras, así que ponte en acción.
 
¿Qué has descubierto al aplicar este método? ¿Crees que le falta algo? ¿Por qué no lo has llevado a cabo?
 

Deja un comentario, los contesto todos personalmente.
User avatar
Bernnarda
Habitual
Habitual
Mensajes: 326
Registrado: Jue Sep 01, 2016 9:33 pm
Re: EL MÉTODO QUE ME AYUDÓ A ENCONTRAR MI CAMINO EN LA VIDA

Mensaje por Bernnarda »

Me pasó una vez que me ncontraba en una situación similar, todo estaba mal, no sentia apoyo de nadie, mi trabajo era agotador y no veia ningun reconocimiento y todos los dias lloraba, hasta que precisamente hice un alto y pense que no podria cambar las cosas que me estaban pasando y tenia que cambiar y de alguna manera o me iba a terminar pasando algo muy malo, y al cambiar mi actitud, magicamente todo cambio para bien
Responder



Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 10 invitados